Malvinas y el colonialismo
Aritz Recalde, Mg. en sociología
febrero de 2012
(…) “deberíamos comenzar a considerar los argentinos los días 2 y 3 de
enero, del año que viene, se van a cumplir 180 años exactos de la usurpación y
el desalojo de los argentinos de nuestras Islas Malvinas, deberíamos comenzar a
considerar también esta fecha. Fecha que – por cierto – no es la única en los
intentos que hubo de someternos, si vamos un poquito más atrás de 1833, nos
vamos a encontrar el 1806 – cuando aún éramos colonia española – y en 1807
rechazando las invasiones inglesas. Y más tarde – bajo la égida del Brigadier
General Don Juan Manuel de Rosas, en el año 45, rechazando también el bloqueo
anglo-francés. (…) Es un anacronismo en el siglo XXI seguir manteniendo
colonias. Hay solo 16 casos en todo el mundo y 10 de esos casos son de
Inglaterra y en estos 10, también estamos conociendo nuevamente como recrudece
el reclamo de España frente al Peñón de Gibraltar”. Cristina Fernández de Kirchner
Tal cual lo expresó Cristina Fernández en el Acto de la firma del decreto 200/12, de
desclasificación del Informe de la Comisión de análisis y
evaluación de las responsabilidades políticas y estratégico militares en el
conflicto del Atlántico Sur (Informe Rattenbach), la ocupación británica de las Malvinas en el
año 1833, no fue ni el primero, ni el último hecho militar ejercido contra
nuestro suelo patrio. Durante las invasiones de 1806 y en el combate en la
Vuelta de Obligado en 1845, el imperio inglés expresó su voluntad expansionista
y de dominio de nuestro territorio.
Asimismo y continuando el
argumento de la presidenta del epígrafe, la ocupación británica de las islas Malvinas
no es un caso aislado de colonialismo, sino que forma parte de una política que
fue ejecutada por las metrópolis sobre diversos lugares del tercer mundo. Tal
cual alude Cristina y pese a los procesos de liberación nacional desarrollados
a mediados del siglo XX, siguen existiendo posiciones coloniales en diversos
continentes, como son los casos de la ocupación inglesa de Gibraltar en España
o la ejercida por Estados Unidos en Guantánamo, Cuba.
Más allá de la diversidad
en las metodologías y de las diferencias en tiempo y espacio, el colonialismo
histórico y el actual, encuentran móviles económicos y políticos comunes. Ellos
se pueden resumir en la capacidad de un Estado de apropiarse por la fuerza de
los recursos materiales y culturales de otro Estado. Además, la nación o el
territorio ocupados, son despojados de su derecho a la autodeterminación
política.
La incautación de los recursos
materiales, les permite a las potencias colonialistas obtener aquellos bienes
que sus comunidades demandan, como puede ser el petróleo, la minería, el agua o
los alimentos. La imposición de una cultura, favorece la permanencia y el
ejercicio de la explotación colonial a lo largo del tiempo. La enajenación del
derecho a la autodeterminación política de una comunidad, les permite a los colonialistas utilizar la
zona sitiada para ejercer sus intereses que pueden variar a lo largo del tiempo.
Una posición colonial puede ser utilizada como plataforma militar, como base
para la balcanización de un continente, como un gran campo de concentración y de mano de obra
barata, como un mercado de consumo de las manufacturas, como un laboratorio
donde probar armas y químicos con civiles sometidos o como un recurso para direccionar
la opinión pública en épocas electorales.
La ocupación inglesa de las Malvinas y la férrea
negativa de sus gobiernos a negociar con nuestro país, se inscriben entre estos
objetivos. A partir de lo mencionado y en una extremada síntesis, podemos
sostener que la razón colonial británica se encuadra en tres grandes ejes:
Razones Económicas: agua, pesca y petróleo.
“El golpe de Estado que ha derribado a mi gobierno,
elegido con una mayoría de votos aplastante, después de elecciones claras y
libres, no ha estado inspirado en sentimientos nacionales, pero si financiado
por fuerzas que se agitan dentro y fuera de la Argentina. (…) La conclusión de
esos sucesos es que hemos sido objeto de un verdadero ataque armado, no muy
distinto de aquel que hizo posible la caída de Mossadegh; como el premier
persa, también nosotros fuimos víctimas de la sorda lucha por el petróleo. El
consejero comercial inglés en Buenos Aires declaró un día, con desusa
franqueza, que cualquier esfuerzo realizado por quienquiera para asegurarse la
producción petrolífera argentina sería considerado en Londres como un atentado
a los intereses británicos. (…) El objetivo era impedir que los recursos
petrolíferos argentinos fueran explotados, de manera de concurrir al desarrollo
industrial del país”. Juan D. Perón
La posesión inglesa de las islas les permite a los
colonialistas apoderarse de los recursos pesqueros argentinos. Según Arturo H. Trinelli, los habitantes de las islas administran
alrededor de 125 licencias con ingresos
de hasta 50 millones de dólares al año. Dicha rentabilidad, implica que los
isleños adquieran un PBI per cápita de 32 mil dólares anuales, uno de los más
altos del continente latinoamericano. Como ocurrió históricamente, estamos
financiado empresas extranjeras y saciando el hambre de Europa, al costo de la
liquidación de las especies naturales y de nuestros recursos.
Otra cuestión fundamental, tiene que ver con la
explotación del petróleo ubicado en las islas. La lucha por el petróleo fue y sigue siendo,
uno de los motivos de los intentos de golpes de Estado y de las dictaduras a lo
largo y a lo ancho de Latinoamérica. En este sentido, es que recuperamos la
cita de Perón que denunció la participación de los ingleses y sus intereses
petroleros, en el golpe militar del año 1955. Según Trinelli, los recursos petrolíferos de
las islas le permitirían al colonialismo británico, disponer de crudo por un
valor cercano a los 60 mil millones de dólares.
Por último, es importante mencionar que la
plataforma militar en Malvinas, puede ser utilizada por los británicos para apoderase
de las fuentes de agua dulce de la Antártida.
Razones geopolíticas.
Las Malvinas ofician como una plataforma militar en
el cono sur para los miembros de la OTAN. Dicha base, les permitiría a las metrópolis
ingresar al sur del continente en caso de guerra. Asimismo, en el marco de los
conflictos mundiales por la posesión del agua dulce, la colocación sobre
Malvinas les otorgaría a los colonialistas un lugar favorable para el
desembarco en la Antártida.
La ocupación de Malvinas adquiere mayor
preponderancia, atendiendo que durante los últimos años, países como Ecuador,
Venezuela y Bolivia, manifestaron públicamente su negativa a la permanencia o
al ingreso de bases militares extranjeras.
Razones de política Interna
Históricamente, las clases dominantes de las
potencias organizan la opinión pública interna a partir de construir enemigos y
conflictos externos. En este cuadro, edifican y difunden campañas que se
organizan promoviendo contenidos profundamente racistas y étnicos. En muchos casos, en las campañas electorales
del primer mundo, asesinar latinoamericanos o individuos de las naciones de las
periferias, suma votos y sube encuestas. En el contexto de la crisis económica
europea y continuando la utilización de Margaret Thatcher de 1982, el primer
ministro inglés fomenta el conflicto para mejorar su posición frente al
electorado y la opinión pública.
Lejos de las actitudes de los colonialistas que
incluyeron el reciente movimiento militar en las islas, el gobierno argentino le
exige a Inglaterra la apertura de las negociaciones en paz. En este marco, la
dirigencia argentina está iniciando importantes reclamos formales ante las Naciones
Unidas, que van a incluir presentaciones al Comité de Descolonización, la Asamblea
y el Consejo de Seguridad. En la denuncia efectuada por la Argentina en la ONU,
se hace un claro llamado de atención por la preocupante militarización del
Atlántico Sur, remarcando los graves riesgos que ello implica para la seguridad
regional.
La intervención en los organismos internacionales,
fue precedida por una estratégica e histórica tarea de la diplomacia argentina
a lo largo de América Latina y tal cual afirmó CFK “Malvinas ha dejado de ser solamente una causa de los argentinos para
transformarse en una causa de los americanos, de la América latina, de la
América del Sur y en una causa global”. Que así sea.
Fuentes bibliográficas citadas
·
Arturo H. Trinelli, Malvinas y los recursos naturales. Pesca y
Petróleo. Página 12, Suplemento Cash, 12/02/12.
·
Juan D. Perón, Del Poder al exilio. Cómo
y quiénes me derrocaron, Instituto Nacional Juan Domingo Perón, 2006.
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